Nueva hipótesis sobre magnicidio en Haití: asesinos buscaban documentos sobre narcotraficantes
La versión la publicó The New York Times, con base en la investigación.
Los móviles del asesinato en julio pasado del presidente de Haití, Jovenel Moïse, serían la búsqueda de unos documentos en poder del mandatario que incluía una lista de políticos y empresarios involucrados en el tráfico de drogas en la isla.
La versión la publicó el diario The New York Times, con base en el testimonio de cuatro altos asesores y funcionarios haitianos encargados de redactar dicho documento.
Dicho listado iba a ser entregado por Moïse a las autoridades de Estados Unidos.
El entonces presidente haitiano, de acuerdo con estas versiones, habría ordenado incluir a todos los narcotraficantes, "no perdonar a nadie, ni siquiera a los agentes de poder que lo ayudaron a llegar a la Presidencia".
En sus acciones contra el narcotráfico Jovenel Moïse había ordenado limpiar el departamento de aduanas, y destruir una pista de aterrizaje utilizada por narcotraficantes.
Entre los testimonios que han servido de soporte a esta teoría, están el de su esposa, Martine Moïse, quien relató los hechos y aseguró que los hombres que entraron a su residencia, tras ejecutar a Moïse, comenzaron a registrar la habitación, buscando apresuradamente sus archivos.
Durante los interrogatorios que siguieron a la investigación, algunos de los capturados confesaron que lograron recuperar la lista, la cual era una de las prioridades de la operación.
"Una figura central en la lista de Moïse era Charles Saint-Rémy, conocido como Kiko, dijeron dos de los funcionarios haitianos que ayudaron a redactar el expediente. Durante mucho tiempo, la DEA ha considerado a Saint-Rémy, un hombre de negocios haitiano, como sospechoso de tráfico de drogas. También es el cuñado del expresidente Michel Martelly, quien sacó a Moïse de la oscuridad política y lo eligió para que fuera su sucesor", dice la nota de prensa.
Los funcionarios estadounidenses resaltaron que "es posible que Haití sea la mayor ruta para las drogas que se envían hacia Estados Unidos, pero nadie lo sabe con certeza porque el país se ha vuelto muy difícil de monitorear. Los organismos de seguridad estadounidenses no pueden ejecutar un programa de escuchas telefónicas en el país, ni siquiera pueden colaborar plenamente con sus homólogos haitianos, porque la corrupción en la policía y el poder judicial es muy profunda".
Testimonios que fueron ratificados por Compère Daniel, comisionado de Policía del Departamento Noroeste de Haití, aseguran para ese mismo diario que “cualquiera que esté involucrado en el tráfico de drogas tiene, al menos, a un oficial de policía en su equipo”.
Para concluir The New York Times señala que las operaciones de la DEA en Haití han sido cuestionadas, ya que al menos dos de los haitianos sospechosos de estar involucrados en el asesinato de Moïse eran exinformantes de la DEA.